El otro día, hablando con un entrenador del gimnasio al que voy, salió el tema de una de las dietas más extrañas que he visto en mi vida. Se llama la dieta de los puntos o Weight Watchers Diet. El rollo es el siguiente: cada alimento tiene un determinado número de puntos y cada persona, según su edad, peso y altura, puede comer un determinado número de puntos al día. Por ejemplo, si tu cuerpo tiene un total de 12 puntos, tienes que combinar los alimentos de tal forma que no superes el consumo de 12 puntos diarios.
Esto en principio puede parecer un buen método, porque es una manera de controlar el consumo de calorías diario pero, ¿y si lo malinterpretamos? Si por ejemplo mi cuerpo me permite un total de 24 puntos diarios y un menú de hamburguesería tiene 30 puntos, pues me pillo una hamburguesa doble con queso, patatas fritas con ketchup y un cuarto de litro de coca cola y me cojo los 24 puntos de hoy y 6 del día siguiente, con lo que yo me como mi menú tranquilamente sabiendo que mañana sólo puedo comer 18 puntos.
Si tenemos en cuenta que yo puedo comer 24 puntos diarios, eso supone que son 168 puntos a la semana. Si un menú de hamburguesería son 30 puntos y como y ceno hamburguesa, son 60 puntos al día. Pues estoy dos días así y me quedan 48 puntos para repartir en el resto de los cinco días, o sea 9 puntos por día. Y aquí está el truco, porque según esta dieta, la fruta tiene 0 puntos, o sea, que puedes comer toda la fruta que quieras. Pues ya está, me como otro menú de hamburguesa que son otros 30 puntos, por lo que me quedan 18 y esa noche ceno fruta. Al día siguiente comparto otro menú con mi mujer, por lo que son 15 puntos más. Todavía me quedan 3, así que venga fruta. Y acabo la semana a fruta y para completar el domingo me como un flan de huevo que son 3 puntos. Aplicando la dieta de los puntos podemos obtener la dieta de la hamburguesa y la fruta, que es una dieta muuuuuuy equilibrada.
Yo me imagino a la anciana señora Juana en el médico: - "Mire usté doztor. Es que quiero perder una mijica de peso y quería saber qué dieta es mejor". Y el médico le suelta: - "Si señora, le propongo la dieta de los puntos". Y acto seguido vemos a la anciana señora Juana, que ya tiene problemas para poner a grabar una película en un video VHS, calculadora en mano calculando los puntos que tiene el plato de cocido. Al final acabarían haciendo como hacen todas las abuelas. Porque una cosa que tienen las abuelas es que cuando no entienden algo, lo adaptan a su manera de entenderlo y al final lo acaban haciendo todo como les da la gana. "Vamos a ver... me dijo el doztor que yo tenía 18 puntos... si me como el cocido ya son 8 puntos menos... mas dos que me ponen por estar abonada al club de punto de cruz... me como dos mandarinas que no gastan... cojo los 12 puntos del carné de mi Paco que ya no coje el coche y no le hacen falta..." Y al final acaban comiendo verduras y pechuga a la plancha, que es el comodín de las dietas.
En fin, otra de esas dietas que, por muchas vueltas que le des, no le encuentras la estabilidad ni a patadas. El que se debería dar un punto es el inventor de esta dieta, pero en la boca, a ver si deja de decir chorradas.
Vamos con el menú del día:
- Desayuno: Café con leche y galletas y un zumo de piña.
- Almuerzo: un plátano.
- Comida: Filete de ternera con champiñones.
- Merienda: Hoy tampoco he merendado, Yoli.
- Cena: Guisantes y pez espada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario