Si tuviera ganas de decir tonterías podría decir que los gordos tenemos esos kilos de más porque comemos como Alejandro Sanz... "cuando naaaaaaadie me veeeeeeeeee". O también podría decir que la culpa de que estemos tan gordos la tienen las vecinas de nuestras madres, que siempre que nos ven dicen - "Ay... que niño más rollizo. Qué guapo está!" Y a tí eso se te queda de por vida, y para tí lo Gordo es bello... pero igualmente te quieres ligar a una tía buena. Incongruencias del paso del tiempo. Pero hoy no, no tengo ganas de decir tonterías. Porque yo estuve comiendo papillas hasta los doce años. Que si te paras a pensarlo he vivido la vida como Benjamin Button, así que mi gran ilusión es que todo siga igual y me muera con una teta en la boca y a punto de entrar en... bueno, que no estoy para decir tonterías.
Porque no todos los días se está con ánimos para hacer reir a la gente, y eso es normal. Lo que no es normal es que yo de pequeño tuviera celulitis antes que mi madre. Y es que no hay que reirse tanto de los Gordos, que bastante tenemos ya con lo nuestro. Porque ya es bastante complicado recordar las clases de gimnasia en el colegio, cuando nos mandaban hacer abdominales. Era como algo imposible de conseguir. O cuando te decían que te tenías que tocar las puntas de los pies con las puntas de los dedos de la mano y con las piernas estiradas... ¿pero es que están ciegos? ¡Que no podemos!
Y ya para terminar, porque hoy no tengo un día de decir muchas tonterías. Podríamos decir que el único régimen que he visto yo que adelgazaba de verdad era el de Franco, y si no que se lo pregunten a los que nacieron en los años 30.
Vamos con la dieta de hoy:
- Desayuno: Zumo de naranja y café con leche.
- Almuerzo: Una naranja y una manzana.
- Comida: Puré de patatas y pechuga de pollo.
- Merienda: Vaso de leche semidesnatada con cereales de fibra y fruta.
- Cena: 4 tortitas de trigo con pavo y queso.
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